Glaciar Perito Moreno (Santa Cruz, Argentina)
- Titi Forcadell
- 8 jun 2020
- 3 Min. de lectura

El Perito Moreno es el más conocido de los glaciares dentro del Parque Nacional Los Glaciares, que forma parte del Hielo Continental Patagónico - 17.000 kilómetros de extensión y una de las reservas de agua dulce más importante del mundo.
El Perito Moreno está ubicado en el extremo sur del Parque Nacional, frente a la Península de Magallanes y está rodeado de cumbres nevadas de la cordillera de los Andes y bosques de lengas y ñires.
De un color blanco azulado y con poca carga morrénica (son las rocas arrancadas por el rozamiento del glaciar sobre los valles laterales que forman líneas oscuras sobre el hielo), este glaciar tiene una superficie rugosa con abundancia de grietas, seracs (columna de hielo) y cuevas. El hielo derretido forma estanques de agua sobre el hielo.
El glaciar Perito Moreno en números
Tiene una superficie de 254 km2 (es más grande que la ciudad de Bs As).
Se encuentra a 177 metros sobre el nivel del mar.
El frente de avance del glaciar tiene 5 kilómetros de ancho, con una altura promedio de 74 m por encima del lago Argentino.
La profundidad total del hielo es de 170 metros.
El característico color del Lago, conocido como "leche glaciar", se debe a las partículas minerales suspendidas en el agua, provenientes de la abrasión del glaciar contra sus lechos rocosos y de las rocas entre sí, que por su microscópico tamaño no llegan a sedimentarse en el fondo.
La gran masa de hielo del glaciar Perito Moreno (a diferencia de otros glaciares) avanza continuamente, provocando la acumulación, ruptura y desprendimiento de gigantescos bloques de hielo en su frente. Su avance logró cruzar el Canal de los Témpanos en el año 1947 y se apoyó en tierra firme. Desde entonces el glaciar avanza hasta formar un dique de hielo que bloquea el Canal sellando el brazo sur del lago. El nivel del agua sube hasta que la presión y erosión provoca finalmente el derrumbe de la bóveda, en uno de los espectáculos más imponentes que puedan presenciarse. Este proceso se ha repetido a lo largo de intervalos irregulares: la última ruptura ocurrió en diciembre de 2019 ante un pequeño grupo de sorprendidos turistas - ya que el fenómeno se dió varios meses antes de lo previsto.
Pagando la entrada al Parque Nacional está incluido el acceso a un circuito de pasarelas y balcones para disfrutar de distintas vistas del glaciar.
Además, hay otras propuestas para diferentes presupuestos e intereses. Por ejemplo, navegaciones cortas (1 hora) para ver el frente de la pared norte del glaciar y la zona de ruptura o los témpanos y desprendimientos en la cara sur, excursiones de minitrekking o caminata corta sobre el glaciar y excursiones de trekking de hasta cuatro horas para personas con buen estado físico. También existen opciones de navegación para ver los glaciares Upsala y Spegazzini, caminatas guiadas a través del bosque, navegaciones exclusivas en cruceros de lujo, aventuras en kayak frente al glaciar Perito Moreno y experiencias de safari en 4x4.
Los glaciares del Parque Nacional son de gran tamaño y de fácil acceso para las personas y se encuentran en una zona donde el clima es más benigno que en otras zonas glaciarias del mundo. Estas características lo convierten en uno de los sitios del país más visitados por extranjeros y el turismo argentino.
Mi experiencia
Fuimos en familia en auto por nuestra cuenta en verano.
A 67 km de El Calafate (y cuando todavía pensamos que faltaba para llegar), doblamos en una curva y ¡ahí estaba!¡Primera e inigualable vista del glaciar Perito Moreno y el lago Argentino! Por supuesto hicimos en el mirador nuestras primeras 200 fotos del glaciar…Leímos luego que la llaman La Curva de los Suspiros (ó el Balcón de los Suspiros).
En verano el clima es ideal, pero nos habían dicho que puede cambiar abruptamente en el día. Y así fue. Bastante fresco y llovizna al empezar la caminata y sol y bufanda en mano al final.
Hay varios circuitos de pasarelas que permiten ver al glaciar desde diferentes ángulos y alturas y con diferentes grados de dificultad. Por algún motivo inexplicable, elegimos el más largo (de ida y de vuelta). Las vistas son espectaculares. Realmente emociona estar ahí. Se puede escuchar el silencio. Y cada tanto, el estruendo que producen los bloques de hielo que se desprenden del glaciar al caer al lago para convertirse en icebergs flotantes.
No sé cuánto tiempo estuvimos… ¿dos horas? ¿tres? La ventaja de ir por nuestra cuenta es que nos tomamos todo el tiempo que quisimos para recorrer las pasarelas sin apuro y cansarnos de sacar fotos del glaciar y con él.
La naturaleza es fascinante. No podés creer lo que ves. Fue definitivamente una experiencia INOLVIDABLE.
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